Nuestras vidas, ya desde pequeños, se llenan de preceptos, mandatos, reglas que estipulan lo que es mejor para nuestra profesión, nuestra salud, nuestro hogar.
Casi todas estas reglas (algunas pueden resultar sólo leyendas urbanas) llevan algo de razón o toda. Pero eso no quiere decir que animarnos a romperlas no pueda traernos algo positivo aunque sea distinto al beneficio que la misma regla ampara.
Además, un poquito de transgresión le pone sal a la vida. Ya sabes aquello de: -sí, sé que esta no es la mejor manera de hacer las cosas pero ¿qué más da? Es MI manera-
Darnos el gusto de plantarnos así de vez en cuando es una ratificación de que somos nuestros amos y señores y eso ¡eso se siente muy bien!
Veamos el caso del desafío que representa adaptar tu casa a tu propio y único estilo de vida, haciendo oídos sordos a lo que la tradición, los realities de TV sobre diseño de interiores y hasta lo que los propios conocidos opinan.
Hoy te animamos a romper 3 reglas de oro del diseño que pueden ayudar a que tu casa sea TU casa y no un escenario montado para una revista de decoración que resulta en espacios vivibles pero no vividos.
REGLA 1
“Toda casa necesita un salón comedor”
Uno de los mayores errores en los que puedes caer al decorar tu casa es dejarte vencer por el temor de cambiar el propósito de un espacio.
Claro, la cocina siempre será la cocina pero comedores, salas de estar y dormitorios son plausibles de sufrir un cambio de identidad en pos de mejorar tu calidad de vida.
Hazte esta pregunta ¿cuándo fue la última vez que invitaste amigos a cenar a casa? Es decir, una cena formal, de esas con platos, cubiertos, copas y un lugar fijo para cada invitado.
Si no eres fan de tanta formalidad ¿para qué quieres destinar parte de tu sala a un juego de comedor para invitados? ¿Quitar espacio para entretenimiento, una TV de más pulgadas, butacas, aquel chaise long de película para un espacio que usarás 3 veces al año? No tiene sentido.
Y no estamos diciendo que sacrifiques las cenas con amigos. Puedes replantearlas con platos que no requieran una mesa de apoyo o bien, si tu piso o casa lo admite, unir sala y cocina de manera que el comedor de esta última cumpla todos los propósitos: comidas diarias y cenas para invitados.
REGLA 2
“Los colores oscuros achican los espacios”
El Padre Nuestro del diseño de interiores. Si bien esta afirmación es cierta en la mayoría de los caso no siempre se cumple y, aunque se cumpla, ¿es siempre algo negativo que una habitación se sienta más pequeña?
Muchas veces una pared más oscura o un techo de color no tienen ningún efecto en la percepción del tamaño de un espacio. De hecho, el buen uso de colores muy oscuros puede hacer que una pared o el techo “retrocedan” respecto del observador creando la ilusión de profundidad.
Lo que no se puede negar es que las habitaciones de paredes más oscuras crean un ambiente acogedor, elegante y hasta romántico.
Con una buena cantidad de ventanas que provean de luz natural y una correcta elección de cuadros y muebles puedes darte el gusto de contradecir la norma sin miedo a errar.
REGLA 3
“Demasiados muebles en una habitación la hacen ver abarrotada”
Primero pregúntate: ¿cuántos muebles necesitas para vivir plenamente tu sala o tu dormitorio? ¿Más de lo que se recomienda por allí? No hay por qué deshacerse de lo útil y placentero, el truco está en cómo ubicarlos.
Si sueñas con un sofá enorme desde donde pasar horas y horas en Netflix pero tu sala no tiene el tamaño de un mini cine no renuncies a tu capricho.
Es cierto que la escala de los muebles respecto a los espacios que ocupan importa pero puedes extenderte más allá de lo aconsejado si estudias bien su ubicación y respetas, sobre todo, la circulación en la habitación: tiene que ser posible entrar y salir de ella, alcanzar todos sus rincones y objetos útiles sin tener que saltar obstáculos.
Estos 3 consejos pueden no tener especial sentido para tu estilo de vida pero bien pueden ser la luz verde que te anime a saltarte tus propias reglas de diseño y a hacer tu casa o tu piso a la medida de tu hogar.