Los días se acortan señal de que el otoño ya está aquí.
¿Más señales? En la naturaleza ¡infinitas!
En tu día a día lo verás en:
- Un flujo creciente de tareas y actividades.
- Si tienes hijos, mochilas repletas que entran y salen de casa.
- La invasión de abrigos, chaquetas, paraguas, botas y cantidad de accesorios.
El otoño definitivamente carga con mucho más equipaje que el despreocupado verano.
Un cambio de temporada es una buena excusa para un comienzo de cero, limpio y fresco. El momento perfecto para reajustar la estrategia de organización de tu hogar.
La idea de organización es subjetiva. Cada cual tiene su propio concepto de lo que son el orden y la limpieza.
Lo que la gran mayoría tenemos en común es esa sensación de que podemos hacerlo mejor. Podemos ser más ordenados, más organizados. Podemos tener nuestra casa, nuestra oficina como esas fotos impolutas de Pinterest.
Y ¿sabes qué? Es cierto, podemos hacerlo mejor. Porque saber organizar es una habilidad como aprender a tocar un instrumento o un deporte.
Al igual que con cualquier habilidad, dominar la organización requiere un buen maestro y mucha práctica.
Uno de los mayores obstáculos que tiene una buena organización es la distracción y las interrupciones.
Por eso hoy te proponemos un plan organizativo distinto, un proceso dividido en 4 días de manera que el orden definitivo de tu hogar lo conquistes paso a paso.
Haciendo sólo un poco por vez las posibilidades de que te interrumpan o te distraigas y te frustres dejando el trabajo a la mitad son menores.
Además, el ir de a poco te ayudará a resolver sin stress los problemas de organización doméstica más comunes, de manera simple y con el mínimo esfuerzo.
Día 1. Visualiza el orden
La visión es un parte de la planificación. Tómate tiempo para pensar las cosas antes de comenzar a hacer el trabajo.
Antes de meter la cabeza en el armario, hazte algunas preguntas:
- ¿Cómo quieres usar cada espacio de la casa?
- ¿Qué lugares serán más estáticos y cuáles se verán modificados varias veces al día?
- ¿Guardarás en el armario sólo la ropa de esta temporada o tienes espacio suficiente para frío y calor?
- ¿Qué tan a mano quieres tener los recuerdos?
- ¿Cómo está la iluminación en los lugares donde normalmente revuelves para buscar algo?
- ¿Necesitas un taburete para llegar a determinados estantes?
- ¿Quieres mantener la cesta de la ropa sucia donde está o prefieres probar de moverla al baño?
Aunque suene tonto: tómate el tiempo para escribir tu visión primero para no perderte luego en el frenesí del trabajo.
Busca inspiración online. Imágenes que reflejen tu hogar ideal.
Por hoy suficiente. Ya puedes destapar esa birra.
Día 2. Tira lo que no usas
Piensa: ¿Qué me puse y usé en esta última temporada? Descubrirás que hay ropa que no tocas hace años, libros de los que no has ojeado ni la primera página desde que te los regalaron y electrodomésticos que nunca salieron de sus cajas.
Quitarte de encima los trajes de baño, shorts, vestidos y camisetas sin usar al final del verano significa que tendrás menos ropa para guardar y más lugar para ropa y accesorios nuevos una vez que la primavera y el verano vuelvan a rodar.
Tirar es liberador. Cuando nos deshacemos de todas esas cosas que guardamos “por si algún día las necesitamos” nos sentimos más livianos.
Y ahora que ya has acabado con la tarea del segundo día, liviano como una pluma, échate a ver una serie en Netflix.
Día 3. Archiva lo que no esta de temporada
¿Tienes un trastero donde cajas y maletas con lo que no usarás los próximos meses puede hibernar? ¡Genial!
¿No tienes trastero? No importa, igual puedes archivar.
En los armarios siempre hay cajones, estantes y rincones menos accesibles. Suelen estar ubicados o muy arriba o muy abajo y por eso su dificultad.
Mueve tu ropa de abrigo a los estantes y cajones centrales. Igual con tus abrigos, cuélgalos del lado donde la puerta la puerta está más a mano.
Recorre tu casa, que el verano se cuela por muchos lugares no sólo en el armario. Tumbonas, pelotas, cestas. En lugar de ir apartándolas a medida que aparecen, búscalas activamente y dedica el DÍA 3 a ponerlas en su lugar definitivo.
Listo, ni rastros del verano. En el tiempo que te ha sobrado queda con alguien para un café.
Día 4. Ordena
Ahora que ya tienes en primer plano sólo lo que necesitas en estos meses de frío, ordena.
Sé listo e implementa sistemas que te sirvan estos meses y el resto del año. Trucos definitivos que mantendrán el orden por sí solos.
Por ejemplo, un estante alto, con ganchos por debajo, colocado en la entrada de tu piso servirá para colgar el abrigo ahora y el bolso de playa después.
A lo largo y por debajo de este estante coloca una alfombra resistente, lavable y con capacidad de absorber el agua para que chubasqueros y botas de lluvia no arruinen el suelo.
Un básico: los separadores para los cajones. Tus calcetines ordenados por categorías: los de deportes, los de vestir, los más abrigados para las salidas a la montaña. Tus accesorios también, no más anillos enredados en collares ni pendientes que han perdido el compañero.
Pequeños cambios (y este es nuestro favorito) como agregar un organizador de tela detrás de una puerta pueden significar una gran mejora.
Sus bolsillos servirán para guardar gafas, el cargador del móvil, el mando de la tele y todos esos pequeños artefactos que sumados hacen un caos en la mesa y que, dos por tres, pierdes tiempo buscándolos.
Contempla tu casa ¿Es lo que visualizaste el DÍA 1? Seguro que sí ¡Disfrútala!
BONUS: consigue ayuda.
Los estudios de comportamiento humano han demostrado que cuando dos personas (en lugar de una) están trabajando en un proyecto, se realiza más rápido, no solo por el par de manos extra, sino también por la sinergia entre las dos personas.
Hay un destello de motivación que rebota de una persona a otra que nos lleva a través de estos proyectos mucho más rápidamente.