En Walter Haus observamos cómo el alquiler de temporada se ha consolidado como una alternativa cada vez más frecuente frente al alquiler residencial tradicional, especialmente en ciudades marcadas por las llamadas zonas tensionadas. La regulación de los precios y las nuevas restricciones legislativas han llevado a muchos propietarios a optar por esta modalidad más flexible, que ya representa un alto porcentaje de la oferta en mercados como Madrid o Barcelona. Esta evolución responde no solo a las necesidades cambiantes de los inquilinos, sino también a la búsqueda de soluciones eficaces por parte de los propietarios para mantener la rentabilidad de sus inmuebles en un entorno regulado.
Un fenómeno creciente con doble cara
Aunque el alquiler de temporada cumple un papel clave para perfiles específicos como estudiantes, trabajadores desplazados o pacientes en tratamiento médico, desde Walter Haus advertimos de un uso cada vez más extendido de esta modalidad con fines distintos a los previstos legalmente. El incremento significativo de estos arrendamientos en zonas donde se han declarado mercados tensionados ha generado preocupación en el sector. En Barcelona, por ejemplo, más del 50% de los inmuebles en alquiler ya se ofertan en régimen temporal. Este fenómeno está empezando a alterar el equilibrio del mercado, reduciendo la disponibilidad de viviendas destinadas al alquiler de larga duración.


Las zonas tensionadas impulsan el cambio
Los datos más recientes apuntan a una relación directa entre la declaración de zonas tensionadas y el aumento del alquiler de temporada. En provincias como Madrid o Barcelona, esta modalidad representa más del 32% de las viviendas ofertadas. En Walter Haus identificamos esta tendencia como una consecuencia directa del marco regulatorio actual, que empuja a los propietarios a buscar fórmulas que les permitan sortear los límites de precio. Sin embargo, esta estrategia defensiva puede acabar agravando la ya escasa oferta de alquiler residencial, y con ello, aumentar la presión sobre los precios y dificultar el acceso a la vivienda para quienes buscan estabilidad a largo plazo.
Riesgos del uso fraudulento del alquiler temporal
En Walter Haus creemos firmemente en la transparencia y el cumplimiento normativo. Por eso, nos preocupa que el uso del alquiler de temporada esté siendo, en muchos casos, una vía para encubrir arrendamientos de larga duración que deberían regirse por otras normativas. Se estima que una parte importante de los contratos temporales actuales no responden a necesidades reales de temporalidad, sino que son utilizados para eludir las limitaciones impuestas al alquiler residencial. Esta práctica no solo genera inseguridad jurídica para todas las partes, sino que contribuye a la distorsión del mercado inmobiliario, especialmente en zonas donde la demanda de vivienda estable es alta.

Una regulación necesaria, sin frenar la flexibilidad
Desde Walter Haus consideramos esencial encontrar un equilibrio regulador que proteja el uso legítimo del alquiler temporal sin perjudicar su función social ni dificultar el acceso a la vivienda. La flexibilidad que ofrece esta modalidad debe ir acompañada de medidas que aseguren su correcta utilización. En nuestra opinión, no se trata de restringir el alquiler de temporada, sino de establecer criterios claros que justifiquen la temporalidad y aseguren que el inquilino disponga de una residencia habitual distinta. Solo así se podrá preservar el valor real de esta fórmula, ofreciendo soluciones adaptadas a las necesidades del mercado y manteniendo al mismo tiempo la integridad del sistema de arrendamientos urbanos.